viernes, 1 de abril de 2016

UN JARDIN PARA NUESTRO BEBE.

A lo largo de nuestra vida nos topamos con acontecimientos diferentes y el modo de enfrentarlos nos estimula para crecer, activa o pasivamente.
En nosotros está elegir nuestro comportamiento y el ambiente adecuado nos va a ayudar para aceptar o cambiar nuestro proceder.
Así elegimos nuestros estudios, trabajos, parejas... Y de pronto nos encontramos con un momento único "la llegada de nuestro bebé", mas tarde nos sorprende el pediatra diciendo "deben buscar un jardín con estimulación temprana".
Y allí comienza nuestro derrotero. ¿Estimulación temprana? Y buscamos información "conjunto de cuidados y actividades personalizados brindados amorosamente para que el bebé crezca sano y feliz". ¿Qué... no hicimos eso desde que nació?.
Si, y de eso se trata. Nuestro bebe es irrepetible, tiene su propio tiempo, sus preferencias, sus gustos y disgustos, su manera de ser y de aprender.
Para criarlo debemos mirar el mundo con sus ojos y en lo posible hacernos niños también, así podremos comprenderlo, sentir, divertirnos y sorprendernos junto a él.
Cada niño tiene su tiempo y no podemos compararlo con otro bebé o su hermano mayor, solamente puede compararse consigo mismo. Si entendemos esto sabremos que necesita nuestro bebé para una estimulación adecuada.
Ya René Spitz había confirmado mediante sus invetigaciones, que los cuidados alimentarios e higiénicos del bebé deben estar acompañados con caricias, afecto y palabras cariñosas para su correcto desarrollo, físico y mental.
¿Puede una abuela dar esto a un recien nacido, mientras su mamá se incerta nuevamente en su tarea laboral?

No hay comentarios:

Publicar un comentario